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La industria 4.0 constituye un concepto que se ha convertido en popular a la hora de sintetizar las características de la que se puede considerar la 4ª Revolución Industrial. Una Revolución Industrial que comienza ya en el siglo XXI y, a las aportaciones de las anteriores, suma las innovaciones relativas a la implantación efectiva de las modernas tecnologías de conexión de datos.
Sin duda, la industria 4.o se trata de un beneficio notable en materia de funcionamiento. A continuación, se profundiza en los efectos para las fábricas de estos avances.
El mantenimiento proactivo como una de las consecuencias positivas de la 4ª Revolución Industrial
El mantenimiento proactivo supone un concepto que implica la anticipación a los posibles inconvenientes que, en el transcurso de las jornadas laborales habituales, puedan suceder. Esta anticipación, por otro lado, solo es posible mediante la implementación de las nuevas tecnologías de la comunicación que han permitido una omnipresencia de Internet. En las siguientes líneas se desgranan las aplicaciones que facilitan el mantenimiento proactivo.
A grandes rasgos, la clave que posibilita este tipo de mantenimiento es el Internet de las Cosas (IoT, por las siglas de su denominación anglosajona, Internet of Things). El hecho de poder colocar sensores que comuniquen las máquinas entre sí de manera online permite la interconexión de estas mediante las conocidas como tecnologías inteligentes.
Los sistemas ciberfísicos computarán toda esta información de un modo autónomo, para lo cual se valdrán de algoritmos de gran potencia, y la aprovecharán para hacer funcionar la maquinaria de una manera óptima.
Por último, la incorporación de la tecnología cloud computing o en la nube favorece la realización de diversos servicios de monitorización sin la necesidad de estar presentes en las instalaciones. Por control remoto y con la mayor rapidez.
La gestión del mantenimiento industrial mejora mediante la predicción
Las aplicaciones que se han introducido suponen un salto de calidad notable en la optimización de los medios de producción industrial, algo fundamental en el entorno competitivo de hoy en día.
La proactividad conlleva la anticipación a los inconvenientes y al aprovechamiento de las estructuras de oportunidades. Se trata de la doble interpretación actual de la eliminación de la incertidumbre. Se evita que esta se convierta en riesgo y, por tanto, en pérdidas.
El mantenimiento predictivo, por consiguiente, logra gracias a la información puntual que se recibe sobre los automatismos de las máquinas, evitar sus fallos de funcionamiento. Ponerlo en funcionamiento implica una inversión económica en infraestructuras y formación de la plantilla de trabajadores, pero que, en comparación con tener que afrontar un parón de las actividades por averías, siempre compensará.
La gran evolución consiste en la disposición de información en tiempo real, la cual incluso se puede monitorizar a distancia y sin la necesidad del incómodo cableado. La respuesta, asimismo, será inmediata, lo que optimiza los costes. Esta dinámica es, de hecho, la que permitirá ahorrar en materia de eficiencia energética y establecer sistemas de producción más provechosos.
En definitiva, las aplicaciones de la industria 4.0 ya se han convertido, en los procesos productivos complejos, en requisitos de eficacia imprescindibles.
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